Una tarta nupcial no es un postre cualquiera. La creatividad y originalidad es esencial, así como elegir una tarta que represente los gustos y la personalidad de los novios. De esta manera, te preguntarás ¿por qué es importante una tarta de boda personalizada?
«El primer trozo de tarta que vas a compartir con tu marido quedará como recuerdo para toda la vida» destaca Silvia, repostera creativa de Pienso en Dulce. También, nos subraya tres aspectos primordiales: el sabor de la tarta, una estética bonita y su armonía con la decoración de la boda.
Cómo encargar una tarta de boda personalizada
Una de las cuestiones más importantes a la hora de hacer un encargo es el tiempo. Cuanto antes te ocupes de pedir la tarta de boda mejor. Son muchas las parejas que quieren una tarta de boda personalizada, por lo que se debe tener presente la alta demanda y el tiempo que requiere diseñarla y prepararla. Como mínimo habría que encargarla con dos meses de antelación.
Conocer a la pareja y sus gustos
Si la pareja de novios cuenta con una Wedding Planner, como Reina de Bodas, suele ser ella la que se pone en contacto con una pastelería especializada. «Para hacer una tarta de boda personalizada es muy importante conocer a los novios» nos recalca Silvia de Pienso en Dulce. El proceso que suele seguir ella trata primeramente, en tener una reunión con la pareja que se va a casar junto con la Wedding Planner.
Una vez conocido a los novios y sus gustos, Silvia envía unas fotografías de inspiración de tartas de boda. Así, se van definiendo los aspectos como la forma y la decoración. También, resulta fundamental hacer una degustación de las tartas para así concretar los sabores que más gustan a los novios. Con los sabores y diseño decididos, Silvia elabora una tarta de boda personalizada a la pareja. “No he hecho ninguna tarta igual” nos cuenta.
Montar la tarta in situ
La elaboración de la tarta no termina hasta el gran día. Una tarta de boda personalizada cuenta con cada detalle específicamente cuidado y previamente diseñado. Silvia nos pone el ejemplo de una tarta de dos o tres pisos, la cual lleva desmontada y termina de montarla y decorarla el mismo día de la boda.
Los sabores favoritos
¿Elegimos la tarta en base a los gustos de los novios o de los invitados? Según Silvia, lo más común es pensar en un sabor que le guste a la mayoría de las personas. Los más demandados son el bizcocho de nata, de limón o de vainilla; aunque también se piden de aguacate, red velvet, de plátano, etc. No debemos olvidar los rellenos, siendo el de crema de mantequilla el favorito, puedes optar por otras alternativas como el chocolate o la crema de limón.
Respecto al color, la mayoría se decanta por la tarta blanca y el punto de color se da con las flores u otros elementos decorativos. Silvia propone poner en la tarta las flores que lleva la novia en el ramo o los que se ponen en los centros de mesa para que todo vaya acorde.
Figuras originales y decoración a medida
«Cada vez son menos los novios que quieren poner figuras en la tarta» nos afirma Silvia. De todas formas, algunos las encargan para tenerlas a parte, sobre todo «me piden que les haga a ellos con su traje y su vestido de novia». Las figuras se hacen con fondant, y si la pareja de novios lo quiere personalizado hay que enviar una foto para tomarlo como referencia.
Aunque no haya muchas parejas que decidan incluir una figura, la decoración es a medida y personalizada. «La decoración que más se lleva es la flor fresca o frutos rojos» nos desvela Silvia.
En definitiva, una tarta de boda personalizada que refleje vuestra historia de amor y vaya en consonancia con la decoración de la boda es muy importante. El primer trozo de tarta que compartirás con tu pareja quedará inmortalizado en la mejor foto de boda.